El poema y las mujeres
Lo bueno de escribir un poema es que todas las mujeres que me admiran- o que se admiran a través de mí- piensan que el poema va dirigido enteramente a ellas. Algunas me hacen saber su parecer. Casi todas se engañan, por supuesto. A veces no va dirigido a una mujer en específico. Va dirigido a un ideal que he querido crear o que me esfuerzo en destruir después de la desilusión y del dolor.
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